Frente a la entrada de la Basílica |
Sería inacabable este apartado.
Montserrat es un lugar lleno de tradiciones y leyendas. Su mismo origen espiritual
empalma con la leyenda del encuentro de la imagen allá por el siglo IX. El relato es muy parecido a otros, por
ejemplo, al de la Virgen de Lluc. Se refiere a un pastorcito deslumbrado por
una luz inefable. El obispo se entera del hecho y la traslada a un lugar
poblado y más seguro. Pero la estatua pesa tanto que imposibilita la tarea. Se
interpreta que la Virgen desea un santuario en el lugar.
Se dan variantes, claro. En
ocasiones, junto al pastor, hay un monje. También sucede que la Virgen se
traslada sin mayores problemas, pero al día siguiente se la encuentra
nuevamente en el lugar del hallazgo. Y más que de variantes a veces hay que
hablar de contraposiciones. A las leyendas de las “vírgenes encontradas” se
contraponen la de las “vírgenes aparecidas”.
Montserrat es una montaña
fecunda en leyendas que en parte propician las caprichosas formaciones geológicas
de las rocas, así como la concurrencia de numerosos peregrinos y excursionistas
transitando por sus veredas y senderos. Más aún, no faltan quienes afirman que
la montaña está vacía por dentro, que en ella yace un enorme lago y que irradia
energías formidables procedentes de fuerzas telúricas.
Otra leyenda -que relato
telegráficamente-, tiene que ver con la hija del conde Guifré el Pelós, fundador de la dinastía condal catalana (mitad del
s. IX). Su hija Riquilda está poseída
por el demonio y la única esperanza de liberación pende de la virtud de un
ermitaño de Montserrat llamado Fra Garí. Pero el diablo le emponzoña la mente y
acaba violándola. El desdichado ermitaño la mata, entierra el cadáver y empieza
a sufrir terribles remordimientos.
Fra Garí viaja a Roma para pedir perdón al Papa. Éste
le condena a andar a cuatro patas y vivir como un animal hasta tanto un niño no
le anuncie la absolución. Así sucede al cabo de los años. Y justamente entonces
es hallado con vida el cuerpo enterrado de la joven.
Hay quien aventura que el gran
Leonardo Da Vinci anduvo por la montaña. Una de las pruebas sería su pintura de
la Virgen de las rocas. Cierto que el
paisaje recuerda los macizos de Montserrat. Y algo parecido sucede con el escenario
en el trasfondo de la Gioconda. Por
otra parte hay indicios de que el genio pintó una tela sobre S. Jerónimo en el
lugar. En la Vanguardia, no hace mucho, un autor dejaba saltar la hipótesis de
que el pintor empalmara sus orígenes con la nación catalana.
La montaña y el santo Grial
Escribió el literato alemán Schiller: En ningún lugar encontrará el hombre la
felicidad y la paz más que en su propio Montserrat. El poeta romántico
autor vertió grandes elogios hacia la montaña. En su opinión tenía mucho que
ver con el refrán socrático: “conócete a ti mismo”. Se explica muy bien que los
ermitaños y anacoretas poblaran estas tierras abruptas a la búsqueda de su pozo
interior. La montaña como emblema de un largo recorrido interior.
La identificación entre el gran mito del Grial y la
montaña sagrada cuajó en el arte cuando el romanticismo alemán alcanzó su punto
álgido. Ricardo Wagner ya conocía a través de Goethe y Schiller la
espiritualidad y el significado del grial y la montaña. En su ópera Parsifal recreó
la aventura del castillo de Montsalvatge/Montserrat.
Al estrenarse la obra a finales del siglo XIX en Bayreuth (Alemania), los decorados de la misma
reproducían sorprendentemente los monolitos y las agujas de Montserrat.
Los nazis también tienen que
ver con los enormes peñascos de Montserrat. El 23 de octubre de 1940 el
fundador de las SS. H. Himmler, visitaba el monasterio convencido de que en el
mismo encontraría las claves para dar con el Grial. A saber, el cáliz de la
última cena de Jesús que, a lo largo de la historia, ha protagonizado tantas
leyendas, novelas y aventuras. Con el mismo estaba seguro de que lograría
doblegar cualquier potencia contraria y hacerse dueño del mundo.
El Abad no quiso recibir a
Himmler y delegó a un joven monje que sabía alemán. Pero no era el monasterio
lo que quería visitar el nazi, sino encontrar el santo grial en alguna de las
cuevas cercanas. En la cabeza del fundador de la “Orden Negra” bullían mil
fantasías, algunas de las cuales estaban vinculadas con el rocoso macizo de
Montserrat.
Más misterios en la cumbre
Durante muchos años (y no sé si
todavía en nuestros días) el 21 de febrero se celebra en Manresa la fiesta de
luz misteriosa. La fecha recuerda que en el año 1345 una luz invadió la Iglesia
de esta localidad y, como una estrella fugaz, regresó a Montserrat, de donde
procedía.
¡Como no! Las rocas de la
montaña conforman el entorno de un santuario mariano y, al decir de algunos, también
un santuario ufológico. Un tal Lluis Grifol, desde hace unos 35 años, concentra
cada dia 11 del mes a unas cuantas personas deseosas de avistar objetos
volantes no identificados.
Montserrat,
de rocas caprichosas e intensa belleza natural ha inspirado a místicos, ermitaños, y grandes artistas...
¿Cuál es el tesoro que se esconde en su interior? ¿Cuál es la energía o la fuerza
que ha llegado a conformar tan hermosas formas verticales? Los caprichos
geológicos de las cuevas han inspirado las más fantásticas interpretaciones de
diablos, hadas y seres sobrenaturales. Incluso el famoso arquitecto Antonio
Gaudí se inspiró en las formas de la montaña y en el lugar dejó alguna de sus
creaciones.
No vayan a creer todo lo que se dice, pero no está mal
saber qué es lo que se dice. Y se dice, por ejemplo, que la Virgen tiene color
negro porque se esculpió teniendo en cuenta una simbología esotérica. El negro
absorbería los fluidos negativos. La Virgen es patrona de Catalunya porque
protegería a sus habitantes de las vibraciones cósmicas negativas.
Acabo este escrito simplemente dando fe de que sí es
cierto que mucha gente experimenta una gran paz y sensaciones espirituales poco
comunes en lo alto de la montaña.
3 comentarios:
Em sembla molt bonica tota la historia al voltant de Montserrat.
I el que és cert,es que quanhi arribes caminant, després de unes 2 hores de forta pujada, la sensació de pau i plenitut, en entrar a la basílica, és total. L'experiència val molt la pena.
Margarida.(Los viernes al sol)
Moltes gràcies pels seus comentaris tan engrescadors.
ancarea
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