El Santuario de Lluc, donde reside el autor.

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miércoles, 30 de enero de 2013

Un Congreso en Roma

El 23 de enero se celebró un modesto Congreso sobre la espiritualidad del Corazón de Jesús. Este tema resurge de modo intermitente en la preocupación de los agentes pastorales y particularmente de las Congregaciones religiosas que se sienten vinculadas a la misma.

Partí de Mallorca el día 21, que dediqué exclusivamente al viaje, mientras que el 24 hice el camino de regreso. Sólo tuve el 22 para perderme por las calles romanas y charlar con el colega que cuida de la Chiesa di S. Celso e Giuliano, un original templo ovalado de dimensiones reducidas. 

Me limito a decir, en cuanto a los precedentes, que la iniciativa la tomaron los Sacerdotes Dehonianos con el título congregacional “sacerdoti del Cuore di Gesù”. Nos encontramos en la Curia que tienen en Roma, de espacios amplios y bien cuidados. 

Estuvieron representados los siguientes Institutos: 

· Sacerdotes del S. Corazón de Jesús – Dehonianos. (John van den Hengel)
· Congregación de Jesús y María – Eudistas (Luc Crepy)
· Congregación de Jesús Sacerdote – Venturini (Fr. Antonio Lorenzini)
· Compañía de Jesús – Jesuitas (Claudio Barriga)
· Misioneros de los SS. Corazones de Jesús y María (Mallorca) (Manuel Soler)
· Obra de D. Guanella (Hijos del S. Corazón) (Nino Minetti)

Hubo referencias al carisma de cada Instituto, pero no es el momento de reproducirlas. Simplemente expongo las ideas centrales sobre la espiritualidad del Corazón de Jesús que surgieron en la rueda de exposiciones.


Las ideas centrales del encuentro

Dicha espiritualidad ha tenido un papel central en el pueblo de Dios a lo largo de muchos siglos, aunque con frecuencia le ha faltado base bíblica y teológica. Hoy día encontramos manifestaciones más bien tradicionales, pero también surgen nuevos intentos de comprender a fondo el hecho desde la teología y explotar nuevas formas de expresión. 

Tales motivos requieren de una colaboración entre los Institutos interesados. Tendría que crearse una red de teólogos interesados en la reflexión, poner en común la búsqueda y las experiencias hechas en los diversos Institutos y ofrecer las iniciativas a miembros de otras Congregaciones. 

Sin anular la riqueza de la diversidad carismática, habrá que ofrecer nuevas propuestas de expresión y devoción, formuladas con sensibilidad y pedagogía a fin de integrar todas las dimensiones de la persona en lo que bien podríamos llamar “el camino del corazón”.

La Antropología del corazón tiene que ver con lo que la Biblia llama corazón: la integridad de la persona. Tanto más necesario es lograr esta integridad/unidad de vida cuanto que se requiere en nuestros días reconstruir la persona. El individuo padece una gran fragilidad, incluso en su dimensión humana. Y los más jóvenes no son ciertamente excepción. 

Es preciso construir la persona según el modelo del Corazón de Jesús. Todo ello se podría resumir refiriéndonos al camino del corazón o a la antropología del corazón, la cual incluye un talante acogedor, comprensivo, ternura, misericordia, profundidad, en oposición al formalismo y la frivolidad. También podríamos referirnos a la unidad de vida que hace converger las obras, los sentimientos y pensamientos más cotidianos en el objetivo del Reino anunciado por Jesús.

No sería aconsejable renovar la espiritualidad ni las nuevas manifestaciones devocionales cada uno por su cuenta. Más bien conviene disponer de una base común. Ello redundará en beneficio del Pueblo de Dios, pues la espiritualidad a que nos referimos debe desbordar los Institutos religiosos para alimentar a los fieles cristianos. Así sucedió durante siglos y deseamos seguir esta tradición. 

En este sentido también habrá que profundizar en la dimensión laical de la espiritualidad. Tras el Vaticano II y dada la escasez de clero (aunque ciertamente no es este último el motivo decisivo) está claro que los laicos están llamados a ejercer un mayor protagonismo en el Pueblo de Dios. 

En el renacer de la espiritualidad del Corazón de Jesús deben evitarse aquellas exclamaciones, imágenes y actitudes que no se corresponden con los anhelos y las expresiones de nuestra sociedad postmoderna. No hay que aniquilar ninguna expresión que resulte válida para personas concretas, pero sí apuntar hacia horizontes nuevos 

Sugerencias de cara a la acción

Podemos iniciar comunicándonos ideas, noticias y artículos. Cada Congregación debería escoger tres escritos que considere el meollo de su aportación y ponerlos en común. En principio el lugar de encuentro sería la Web del Apostolado de la oración porque goza de mayor independencia al no estar vinculado directamente con ninguna Orden o Congregación. 

Todos los Institutos presentes disponen de una Web para sus comunicaciones, la cual se ha puesto en común. Cada una de ellas agregará un link que remita al apartado de la citada Web del Apostolado de la oración

Un tema que necesita mayor diálogo es el del momento oportuno para invitar a las Congregaciones femeninas con una espiritualidad semejante. Es de toda justicia dar este paso, pues eclesialmente sería un fallo imperdonable prescindir de las Religiosas, al menos de las Congregaciones más numerosas. Sin embargo, hay que pensar bien en la organización y la logística a fin de que no nos desborde un número excesivo de participantes.

Mi aportación

Por mi parte apunté telegráficamente las líneas que consideré más típicas en el intento de renovación de la espiritualidad en nuestro Instituto. 

· No caer en las exclamaciones emotivas sin contenido. 

· Evitar una cierta tristeza y lamentaciones típicas de esta devoción tradicional. 

· Evitar también imágenes lánguidas y acarameladas. 

· Volver a las fuentes, sobre todo la escena del Calvario, aunque también a los grandes temas formulados por los SS. PP. (el costado, la herida, el agua, sangre, los sacramentos, etc). 

· No insistir en Sta. Margarita Alacoque porque también requieren un papel de importancia las místicas medievales y otros autores como S. Fco. De Sales, S. Juan Eudes y el trasfondo de la escuela de espiritualidad francesa del s. XVII con Bérulle al frente. 

· Corazón como posible vínculo con la postmodernidad que enfatiza los sentimientos más que la razón. Una manera de dialogar con la sociedad actual. 

· Más que hablar del Jesús consolado hay que hacerlo del Jesús traspasado. En otras palabras, uno de los objetivos de la espiritualidad se centra en los traspasados por la injusticia de nuestro mundo.

Punto final

Por supuesto que habrá otras sesiones. La próxima probablemente tendrá lugar en Mayo del año en curso. Yo estaría muy de acuerdo en que asistiera otro congregante del Instituto a fin de que el interés por el tema se ampliara. 

En este asunto sólo lamento un dato, prosaico sin duda. Las tres horas de reunión me llevaron a hacer un viaje de diez horas de ida y otras tantas de vuelta. Sin exagerar: desde que partí del santuario de Lluc hasta que llegué a la Chiesa de S. Celso e Giuliano transcurrieron estas horas. Coches, autobuses, trenes, largas esperas en los aeropuertos… 

Aunque no todo son lamentos. Recordar los tiempos jóvenes -estudiante en la Gregoriana y el Angelicum-, recorrer las típicas calles romanas del centro histórico, escuchar el dialecto romanaccio y admirar de nuevo tantos monumentos de tan diversas épocas también compensa las preocupaciones y dificultades del viaje.

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