El Santuario de Lluc, donde reside el autor.

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martes, 31 de mayo de 2016

Los medios de comunicación de los obispos

Se cumplirán nueve meses que la Iglesia de España cuenta con un canal de televisión digital y terrestre. He logrado saber que tiene una audiencia de unas 250.000 personas. Un share de 2% ó 2.5% por cien. Los programas políticos más agresivos se escuchan en mayor medida que los dedicados a aspectos más religiosos. 

En otros ámbitos
En el mundo existen iniciativas de televisiones católicas muy aceptables y que han logrado un consenso bastante generalizado. Ahí está la emisora francesa (KTO) que ofrece formación, propone debates, emprende reportajes, transmite documentales adecuados a sus objetivos. Por supuesto que no olvida temas de espiritualidad ni de liturgia. Dicen que su estilo es cercano y nada dogmático. Por su parte la Conferencia Episcopal Italiana patrocina la TV2000 con beneplácito bastante extendido.

Donde más abundan las televisiones católicas es en América latina. Las evangélicas todavía son mucho más numerosas, aunque frecuentemente muy localizadas, gozan de pocos espectadores y no proponen sino una predicación machacona y persistente. Abundantes espectadores ―para una televisión de temática exclusivamente católica― tiene la conocida como de la Madre Angélica. Fue una monja quien la puso en marcha y la alimentó con su peculiar ideología. Por cierto, apenas hace dos meses que falleció en Alabama, donde la emisora tiene su sede.

Tuve curiosidad por saber acerca de su contenido cuando residía en Puerto Rico. Se trata de una televisión (EWTN) que ofrece actos litúrgicos al viejo estilo, con abundante incienso y numerosos candelabros. La predicación, de carácter claramente conservador, ocupa muchas horas. Suele transmitir documentales acerca de apariciones marianas ambiguas y temáticas afines. Tuvo conflictos de envergadura con la jerarquía norteamericana a causa de las ideas vetustas que esgrimía, contrarias al Vaticano II, de las que hacía gala. Aunque Benedicto XVI reconoció su labor con el premio pro Ecclesia et Pontifice.

¿Cómo anda el asunto en el Estado español? Las tendencias de las distintas diócesis, de los obispos y clero son muy diversas, si no contrapuestas. Difícil, pues, unir fuerzas a la hora de poner en marcha un canal. Una televisión es cara y su trama empresarial compleja. Si no confluyen las diversas sensibilidades el panorama dista de ser halagüeño.

Simpatías por las derechas
La postura política de una gran parte de la jerarquía está clara. Comulga con la derecha, con el Partido Popular en particular. Los hechos son elocuentes, de modo que poco importa lo que se diga con la boca. La Iglesia teme a los partidos de izquierda. Le preocupa que puedan suprimirle determinadas prerrogativas o exenciones. Además tiene amigos potentados que le cuchichean al oído lo mal que irían las cosas con dirigentes políticos izquierdosos. Esos individuos que visten descuidadamente, que se llevan a sus bebés al parlamento y dicen cosas que ofenden el pudor.

Piensan, pues, los obispos, que vale más lo bueno conocido. Por lo demás, los elegidos por Juan Pablo II o Benedicto XVI normalmente lo fueron por sus ideas conservadoras, por sus proclamas en favor de una porfiada “ortodoxia”.   

La Conferencia episcopal dispone de una televisión llamada 13 TV y de una radio conocida como “la COPE”. La radio fue extendiéndose y en los años 90 se convirtió en radio generalista. Los años en que gobernó Zapatero se enzarzó contra el presidente y los socialistas. Un objetivo obsesivo lo fue también el tema de Catalunya. Sobretodo a través de las voces de Jiménez Losantos, César Vidal y Luís Herrero.

Cambiaron los obispos, se le acabó el tiempo al terco Rouco, el que estimuló manifestaciones gigantescas para que todo el mundo se enterara de su poder. Decía que era para el bien de la familia, aunque pocos le creían. Los neocatecumenales sí estaban con él. Se configuró una declarada simbiosis.
El Cardenal Rouco: contrató a periodistas agresivos
e impertinentes en la COPE

Se retiró Rouco muy a su pesar. Los nuevos obispos han suavizado mínimamente la línea editorial, pero siguen atacando cuanto huela a izquierdas y a la independencia de Catalunya. Le siguen dando a la manecilla de la oposición al aborto e insisten en la necesidad de la religión en las escuelas. Algunos repiten cansinamente la cantinela y no desdeñan los aspavientos si hace al caso.

El malestar del católico medio
¿Cómo puede sentirse un feligrés sin prejuicios frente a los extremismos de programas como “El Cascabel” o “la Marimorena”? Como es bien sabido, gravitan en torno al Partido Popular y al periódico “El Mundo”. ¿Con qué derecho a un catalán que simpatice por la independencia ―que ni va contra el evangelio, ni contra la doctrina de la Iglesia― se le puede ofender con insultos y ordinarieces? Él pertenece quizás a la Iglesia católica y se siente agredido con insolencia por quienes están al frente de esta Iglesia. Al fin y al cabo, 13 TV y la COPE están en manos de la Conferencia de Obispos.

Cierto que existen obispos catalanes muy dolidos y disconformes. Como también los hay de otras procedencias en desacuerdo con la línea editorial. Pero no consiguen neutralizar la intolerancia del resto. Ahora bien, ¿qué simpatías puede sentir por estos medios, no ya un partidario de “podemos” o de “izquierda unida”, sino un católico medio? 

Losantos, conocido como "el talibán"
Existe una norma vaticana según la cual el clero -y con más motivo la jerarquía- no puede ni debe identificarse públicamente con ninguna ideología de carácter político partidista. Pero un buen número de pastores no tiene reparos en invalidar la norma cuando les apetece y esgrimirla contra quienes militan en la ideología opuesta.

No hace mucho que el obispo franciscano de Tánger, Monseñor Agrelo, se escandalizaba de que los medios de la Conferencia episcopal alabaran los golpes y maltratos propinados a los inmigrantes que tratan de escapar de la miseria. Por fortuna queda algún obispo de voz profética, gratificante referencia en un panorama desolador. Un panorama de vestimentas rojas, algunos de cuyos portadores no le hacen ascos al trato con políticos corruptos.    

Monseñor Agrelo: una de las pocas voces proféticas
en la Conferencia episcopal
Se esperaría que los medios de la Iglesia se interesaran por clarificar, y denunciar cuando fuera el caso, la situación social injusta de tantos ciudadanos. Hablan muy poco del asunto. Un ciudadano católico sabe que la Iglesia recibe unos dineros que debe gastar escrupulosamente, que no deben dedicarse a propagar las ideas derechistas y obsesivas de unos pocos. Le cabe esperar que radio y televisión de etiqueta católica se interesen también por la sana cultura y pongan de relieve los valores evangélicos de la misma.

El canal de la Iglesia se concentra excesivamente en lo que acontece en Madrid. Los minutos que dedica a la oración del Ángelus, de la Misa y algún otro programa estrictamente religioso no son suficientes para calificarlo de católico.

Personalmente ―y siento decirlo― pienso que hace más mal que bien. Si además exige inversiones cuantiosas que podrían solucionar problemas de hambre y de justicia… ya dirán. Es hora de escuchar la voz del Papa Francisco y de Monseñor Agrelo para escapar del terreno desolador de los medios de comunicación que patrocina la Conferencia episcopal.  

3 comentarios:

Unknown dijo...

Conozco a sacerdotes que satisfacen sus ganas de conocer y formarse una idea de lo que acontece, que ven, escuchan, aplauden y comulgan con lo que se expone en 13TV. Todo pasa por ese rasero rancio: el tiempo que va a hacer, los furibundos análisis repletos de insultos contra Catalunya, y así siguiendo. Conozco más de un Obispo y otros sacerdotes del staff que no soportan este canal.
A los pseudo-debates asisten viejas glorias del psoe, dinosaurios de un parque temático, que hacen el caldo gordo al pp y a ciudadanos.
Me entra la risa cuando percibo que alguno de estos curas "modernos" de tejanos y zapatillas deportivas, que ensalzan los comentarios en la red del teólogo José Antonio Pagola y se los hacen propios en la homilía, y se yuxtaponen después, a cargas sin frenos, copia de lo que se ha dicho en los debates de esa televisión de mitra y solideo. Algunos feligreses al escuchar esta arengas, no saben donde dirigir su mirada por la vergüenza ajena que experimentan.
Sin duda Spain is different.

José Gómez Moreno dijo...

Estoy plenamente de acuerdo con las frases del artículo. Algunas suenan duras, pero todavía deberían serlo más. Es un descaro lo que se dice en algunos medios de comunicación de la Iglesia. Dividen a los católicos. Y encima con el dinero que debería ser para todos ellos.

Uriel dijo...

Lo del nacionalismo se lleva en los genes y punto