El párrafo ha salido de los labios de un elegante ejecutivo, vestido a la
moda, de gesto afable. Nada de largas barbas, vestimentas estrafalarias o
miradas vidriosas en el vacío:
A nosotros, los hermanos, nos
tocará sacar al pueblo selecto que vivirá en un lugar escogido hasta que la
tierra esté nuevamente en condiciones de ser habitada. De los mares surgirán
nuevas tierras y cuando un doble arco iris resplandezca como señal de una nueva
alianza entre Dios y los hombres, pasaremos el pueblo selecto a habitar nuevas
tierras y nuevos mares...
Aseguran los gnósticos o los teósofos que tenemos muchos más cuerpos que
el físico y que el astral (que ya es mucho asegurar...) Certifican que existen
muchas más dimensiones de las que normalmente percibimos.
Dicen que los órganos exteriores de la vista, el tacto, el oído y el
gusto son erróneamente tomados por el ignorante o el insensato por los
verdaderos órganos o sentidos. Pero aquél que se detenga y piense —explican,
convencidos— tendrá que reconocer que los órganos exteriores no son sino los
intermediarios entre el universo visible y el verdadero oído interior.
Afirman muchas cosas maravillosas y enseñan su doctrina a los que desean
salir de la ignorancia o la insensatez. Los que no tienen estas ocurrencias
están irremediablemente perdidos. Lejos del autor de este escrito acusar de
falsarios a quienes tales cosas dicen o practican. Aunque sí le desagrada que
ellos usen con demasiada frecuencia los términos de ignorantes o insensatos
referidos a los que no se sientan en la misma mesa.
El mundo está lleno de iniciados, de grupos selectos o simplemente
crédulos, o tal vez con buen olfato financiero, o con hambre de sensaciones
refinadas. Vaya usted a saber. De todos modos, nada hay que achacar a quien
trata de profundizar y ejercer unas prácticas esotéricas. Que para algo está la
libertad. Siempre y cuando el asunto no degenere en psicopatías o proselitismos
de mala ley. Y, después de todo, posiblemente sea mejor esta actitud ante la
vida que la de buscar el alcohol y el sexo como horizonte último.
Lo que ya uno comparte menos es que traten de secuestrar a Jesús de
Nazaret sosteniendo, con toda seriedad, que Él era de los suyos. Precisamente
una de las cosas que más convencen de Jesús es que él se sitúa al margen de
cualquier ocultismo y esoterismo. Ni establece a su alrededor un grupo de
iniciados, ni recurre a gestos extravagantes o revestidos de caracteres
mágicos.
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