Estimado lector, acabamos de pasar por
momentos difíciles en el Santuario de Lluc donde resido. Un tornado -fenómeno
rarísimo por estos pagos- ha afectado el santuario y su entorno. Todo ha
quedado patas arriba. Ocho mil m2 de tejado deberán revisar de arriba abajo. El
edificio llamado “Acogida”, grande como un gigante, ha quedado desmantelado.
Innumerables persianas y cristales han sido
destrozados por las tejas troceadas que hacían las veces de proyectiles. Al
reloj de la fachada se le ven las entrañas de metal. Muchos árboles, algunos de
ellos centenarios, yacen abatidos o con las ramas desgajadas. Hasta hace poco
casi no se podía entrar ni salir de los porches, tanta era la runa acumulada.
A la vista de este panorama sobrevenía una
infinita tristeza. Años de esfuerzos y trabajos destruidos en pocos minutos.
Generaciones comprometidas en hacer de Lluc un lugar amable y acogedor, se
sentirían frustradas si levantaran la cabeza.
La tristeza, sin embargo, se desvanecía
pronto al experimentar la solidaridad y colaboración de seres humanos de
corazón generoso y magnánimo. A Lluc han subido los bomberos, los guardias y
otras instituciones de servicio público, así como connotados personajes del
mundo de la política. Quizás tenían una cierta obligación. Agradecemos su
atención y en ocasiones incluso su exquisitez.
Otros no tenían obligación alguna de
personarse. Unos trabajadores del santuario se presentaron a las 3:00 de la
madrugada al enterarse del hecho, sin que nadie les llamara. En cuanto amaneció,
numerosos amigos, conocidos y personas que aman el lugar, quisieron ver el
desastre con sus propios ojos y solidarizarse con nosotros. A todos ellos, un
reconocimiento sincero y efusivo.
Amparados en el anonimato
Desgraciadamente la historia no termina aquí. Leyendo los comentarios de los diarios digitales hemos topado con gente -digamos- poco digna. Desde el anonimato de su habitación hacían comentarios que reclaman una amplia gama de adjetivos a la hora de identificarlos: despectivos, burlones, groseros, cobardes, soberbios... Vomitaban palabras ofensivas una tras otra.
A quienes aprovechan la desgracia para hacer bromas de mal gusto y lamentan que no hubiera alcanzado mayores dimensiones les decimos: es una pena que hayan perdido todo sentido de humanidad y utilicen las desgracias ajenas para ensañarse contra quienes las padecen. Sin ánimo de ofender a nadie, una de las significaciones de la palabra carroñero la aplica el diccionario a la persona que se aprovecha y disfruta de las desgracias de los demás.
A algunos les ha sentado bien el tornado. Han encontrado la excusa para cebarse contra el pago del parking e insultar como poseídos. Podemos decirles que ha sido gratuito durante 50 años y que ahora nos hemos visto obligados a recaudar unos ingresos porque no hemos encontrado otra salida. ¿Sabéis, vosotros que os amparáis en el anonimato, que el Santuario ya tenía una deuda de 400.000 € antes de sufrir los daños del tornado?
¿Os habéis detenido a pensar alguna vez lo que cuesta mantener una escolanía con su director, maestros de música, de instrumentos, organista y tres preceptores que cuidan de los niños las 24 horas del día?
La Basílica está abierta e iluminada 12 horas diarias. Los servicios se mantienen limpios y la mayor parte del día hay un recepcionista para atender a quién llega. Quizá no se os ha ocurrido que los más de ocho mil m2 de tejado, así como el mobiliario del edificio y los numerosos visitantes que suben requieren de personal de mantenimiento y de limpieza para acoger dignamente a los peregrinos, turistas y excursionistas.
Abundan los improperios y enfrentamientos tras las noticias digitales. Sin embargo no se reconoce que se puede visitar de forma gratuita el Jardín botánico, el museo, disfrutar del Centro de información, escuchar los cantos de los Blauets, visitar la Basílica y pasear por la colina de los misterios, escoltada por vistosos monumentos. En ojos de mirada más limpia seguramente estas cosas tomarían el relieve merecido.
A quienes dictamináis que el fenómeno atmosférico es un castigo de Dios os respondemos que los cristianos algo cultivados hace muchos años que hemos arrinconado estas ideas. Comprendemos que quien presume de escéptico acumule mucha ignorancia sobre el tema.
Hay quien aprovecha el suceso para dictaminar que Dios no existe y que la imagen del camarín no es más que un fraude. Sois libres de pensarlo, sin embargo, sin minusvalorar vuestro coeficiente intelectual, preferimos escuchar voces más lúcidas de la antigüedad y la actualidad que se encuentran en las antípodas.
No contentos con sentenciar lo que es o no verdad, os atrevéis algunos a afirmar que esto de la fe es cosa de gente psicológicamente débil. Podría volverse el argumento al revés: quien no cree es porque su visión no supera el ras de tierra o porque a su conciencia le va mejor mirar a otro lado. Está claro que no siempre es así, pero la argumentación se puede girar como un calcetín.
Señores amigos de los insultos: si en alguna ocasión sufrís la furia de algún fenómeno de la naturaleza, la Congregación de los Misioneros de los SS. Corazones mantiene una Fundación llamada Concordia que, con la ayuda de mucha otra gente, quizás os pueda dar una mano. En nombre de ese Dios que no existe y gracias a personas ingenuas -ya es chocante- hay mucha gente que puede comer en Mallorca y fuera de la isla.
En todo caso, si subís a las montañas de Lluc seguiréis encontrando la Basílica y el entorno adecentados. También deberéis pagar el parking, es verdad. Lamentamos confesar que no hemos sabido encontrar otro modo de que la Institución centenaria de los Blauets pueda mantenerse.
Desgraciadamente la historia no termina aquí. Leyendo los comentarios de los diarios digitales hemos topado con gente -digamos- poco digna. Desde el anonimato de su habitación hacían comentarios que reclaman una amplia gama de adjetivos a la hora de identificarlos: despectivos, burlones, groseros, cobardes, soberbios... Vomitaban palabras ofensivas una tras otra.
A quienes aprovechan la desgracia para hacer bromas de mal gusto y lamentan que no hubiera alcanzado mayores dimensiones les decimos: es una pena que hayan perdido todo sentido de humanidad y utilicen las desgracias ajenas para ensañarse contra quienes las padecen. Sin ánimo de ofender a nadie, una de las significaciones de la palabra carroñero la aplica el diccionario a la persona que se aprovecha y disfruta de las desgracias de los demás.
A algunos les ha sentado bien el tornado. Han encontrado la excusa para cebarse contra el pago del parking e insultar como poseídos. Podemos decirles que ha sido gratuito durante 50 años y que ahora nos hemos visto obligados a recaudar unos ingresos porque no hemos encontrado otra salida. ¿Sabéis, vosotros que os amparáis en el anonimato, que el Santuario ya tenía una deuda de 400.000 € antes de sufrir los daños del tornado?
¿Os habéis detenido a pensar alguna vez lo que cuesta mantener una escolanía con su director, maestros de música, de instrumentos, organista y tres preceptores que cuidan de los niños las 24 horas del día?
La Basílica está abierta e iluminada 12 horas diarias. Los servicios se mantienen limpios y la mayor parte del día hay un recepcionista para atender a quién llega. Quizá no se os ha ocurrido que los más de ocho mil m2 de tejado, así como el mobiliario del edificio y los numerosos visitantes que suben requieren de personal de mantenimiento y de limpieza para acoger dignamente a los peregrinos, turistas y excursionistas.
Abundan los improperios y enfrentamientos tras las noticias digitales. Sin embargo no se reconoce que se puede visitar de forma gratuita el Jardín botánico, el museo, disfrutar del Centro de información, escuchar los cantos de los Blauets, visitar la Basílica y pasear por la colina de los misterios, escoltada por vistosos monumentos. En ojos de mirada más limpia seguramente estas cosas tomarían el relieve merecido.
A quienes dictamináis que el fenómeno atmosférico es un castigo de Dios os respondemos que los cristianos algo cultivados hace muchos años que hemos arrinconado estas ideas. Comprendemos que quien presume de escéptico acumule mucha ignorancia sobre el tema.
Hay quien aprovecha el suceso para dictaminar que Dios no existe y que la imagen del camarín no es más que un fraude. Sois libres de pensarlo, sin embargo, sin minusvalorar vuestro coeficiente intelectual, preferimos escuchar voces más lúcidas de la antigüedad y la actualidad que se encuentran en las antípodas.
No contentos con sentenciar lo que es o no verdad, os atrevéis algunos a afirmar que esto de la fe es cosa de gente psicológicamente débil. Podría volverse el argumento al revés: quien no cree es porque su visión no supera el ras de tierra o porque a su conciencia le va mejor mirar a otro lado. Está claro que no siempre es así, pero la argumentación se puede girar como un calcetín.
Señores amigos de los insultos: si en alguna ocasión sufrís la furia de algún fenómeno de la naturaleza, la Congregación de los Misioneros de los SS. Corazones mantiene una Fundación llamada Concordia que, con la ayuda de mucha otra gente, quizás os pueda dar una mano. En nombre de ese Dios que no existe y gracias a personas ingenuas -ya es chocante- hay mucha gente que puede comer en Mallorca y fuera de la isla.
En todo caso, si subís a las montañas de Lluc seguiréis encontrando la Basílica y el entorno adecentados. También deberéis pagar el parking, es verdad. Lamentamos confesar que no hemos sabido encontrar otro modo de que la Institución centenaria de los Blauets pueda mantenerse.
4 comentarios:
Padre lo siento tanto que paso eso ayer! Que susto se habrá dado usted! Yo espero que todo se pueda arreglar con la ayuda de Dios y de la Gente Buena. De sarcasmo y blasfemos ni le menciono porque ellos no lo merecen! Animo! A levantarse como se levantan los muros, las piedras y los techos! ANIMO! Con mucho cari-no, Astrid
Mi condolencia P. Manuel por el tragico balance de desperfectos en tan santo lugar. . .magnifico su articulo como todos los suyos. . .y de los improperios que menciona no me cabe en la cabeza que en pleno siglo XXI que alardea de vanguardista cultura todavia cobije en su seno individuos de tal ralea
Dudo que los insultos lleguen de vanguardistas, ya que uno de los valores para serlo es el humanismo. Desde Puerto Rico nuestra solidadridad. El esfuerzo y el bien que se hace en ese santuario trascienden fronteras. Bendiciones
Dudo que los insultos lleguen de vanguardistas, ya que uno de los valores para serlo es el humanismo. Desde Puerto Rico nuestra solidadridad. El esfuerzo y el bien que se hace en ese santuario trascienden fronteras. Bendiciones
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