Se cumplirán nueve meses que la Iglesia de España cuenta con
un canal de televisión digital y terrestre. He logrado saber que tiene una
audiencia de unas 250.000 personas. Un share de 2% ó 2.5% por cien. Los
programas políticos más agresivos se escuchan en mayor medida que los dedicados
a aspectos más religiosos.
En otros ámbitos
En el mundo existen iniciativas de televisiones católicas
muy aceptables y que han logrado un consenso bastante generalizado. Ahí está la
emisora francesa (KTO) que ofrece formación, propone debates, emprende
reportajes, transmite documentales adecuados a sus objetivos. Por supuesto que
no olvida temas de espiritualidad ni de liturgia. Dicen que su estilo es
cercano y nada dogmático. Por su parte la Conferencia Episcopal Italiana
patrocina la TV2000 con beneplácito bastante extendido.
Donde más abundan las televisiones católicas es en América
latina. Las evangélicas todavía son mucho más numerosas, aunque frecuentemente
muy localizadas, gozan de pocos espectadores y no proponen sino una predicación
machacona y persistente. Abundantes
espectadores ―para una televisión de temática exclusivamente católica― tiene la
conocida como de la Madre Angélica. Fue una monja quien la puso en marcha y
la alimentó con su peculiar ideología. Por cierto, apenas hace dos meses que falleció en
Alabama, donde la emisora tiene su sede.
Tuve curiosidad por saber acerca de su contenido cuando residía en Puerto Rico. Se trata de una televisión (EWTN) que ofrece actos
litúrgicos al viejo estilo, con abundante incienso y numerosos candelabros. La
predicación, de carácter claramente conservador, ocupa muchas horas. Suele
transmitir documentales acerca de apariciones marianas ambiguas y temáticas afines. Tuvo
conflictos de envergadura con la jerarquía norteamericana a causa de las ideas
vetustas que esgrimía, contrarias al Vaticano II, de las que hacía gala. Aunque
Benedicto XVI reconoció su labor con el premio pro Ecclesia et Pontifice.
¿Cómo anda el asunto en el Estado español? Las tendencias de
las distintas diócesis, de los obispos y clero son muy diversas, si no contrapuestas.
Difícil, pues, unir fuerzas a la hora de poner en marcha un canal. Una
televisión es cara y su trama empresarial compleja. Si no confluyen las
diversas sensibilidades el panorama dista de ser halagüeño.
Simpatías por las
derechas
La postura política de una gran parte de la jerarquía está
clara. Comulga con la derecha, con el Partido Popular en particular. Los hechos
son elocuentes, de modo que poco importa lo que se diga con la boca. La Iglesia
teme a los partidos de izquierda. Le preocupa que puedan suprimirle
determinadas prerrogativas o exenciones. Además tiene amigos potentados que le
cuchichean al oído lo mal que irían las cosas con dirigentes políticos izquierdosos.
Esos individuos que visten descuidadamente, que se llevan a sus bebés al
parlamento y dicen cosas que ofenden el pudor.
Piensan, pues, los obispos, que vale más lo bueno conocido.
Por lo demás, los elegidos por Juan Pablo II o Benedicto XVI normalmente lo
fueron por sus ideas conservadoras, por sus proclamas en favor de una porfiada
“ortodoxia”.
La Conferencia episcopal dispone de una televisión llamada 13
TV y de una radio conocida como “la COPE”. La radio fue extendiéndose y en los
años 90 se convirtió en radio generalista. Los años en que gobernó Zapatero se
enzarzó contra el presidente y los socialistas. Un objetivo obsesivo lo fue
también el tema de Catalunya. Sobretodo a través de las voces de Jiménez
Losantos, César Vidal y Luís Herrero.
Cambiaron los obispos, se le acabó el tiempo al terco Rouco,
el que estimuló manifestaciones gigantescas para que todo el mundo se enterara
de su poder. Decía que era para el bien de la familia, aunque pocos le creían.
Los neocatecumenales sí estaban con él. Se configuró una declarada simbiosis.
El Cardenal Rouco: contrató a periodistas agresivos e impertinentes en la COPE |
Se retiró Rouco muy a su pesar. Los nuevos obispos han
suavizado mínimamente la línea editorial, pero siguen atacando cuanto huela a
izquierdas y a la independencia de Catalunya. Le siguen dando a la manecilla de
la oposición al aborto e insisten en la necesidad de la religión en las escuelas.
Algunos repiten cansinamente la cantinela y no desdeñan los aspavientos si hace
al caso.
El malestar del
católico medio
¿Cómo puede sentirse un feligrés sin prejuicios frente a los
extremismos de programas como “El Cascabel” o “la Marimorena”? Como es bien
sabido, gravitan en torno al Partido Popular y al periódico “El Mundo”. ¿Con
qué derecho a un catalán que simpatice por la independencia ―que ni va contra
el evangelio, ni contra la doctrina de la Iglesia― se le puede ofender con
insultos y ordinarieces? Él pertenece quizás a la Iglesia católica y se siente
agredido con insolencia por quienes están al frente de esta Iglesia. Al fin y
al cabo, 13 TV y la COPE están en manos de la Conferencia de Obispos.
Cierto que existen obispos catalanes muy dolidos y
disconformes. Como también los hay de otras procedencias en desacuerdo con la
línea editorial. Pero no consiguen neutralizar la intolerancia del resto. Ahora
bien, ¿qué simpatías puede sentir por estos medios, no ya un partidario de
“podemos” o de “izquierda unida”, sino un católico medio?
Losantos, conocido como "el talibán" |
No hace mucho que el obispo franciscano de Tánger, Monseñor
Agrelo, se escandalizaba de que los medios de la Conferencia episcopal alabaran
los golpes y maltratos propinados a los inmigrantes que tratan de escapar de la
miseria. Por fortuna queda algún obispo de voz profética, gratificante
referencia en un panorama desolador. Un panorama de vestimentas rojas, algunos
de cuyos portadores no le hacen ascos al trato con políticos corruptos.
Monseñor Agrelo: una de las pocas voces proféticas en la Conferencia episcopal |
El canal de la Iglesia se concentra excesivamente en lo que
acontece en Madrid. Los minutos que dedica a la oración del Ángelus, de la Misa
y algún otro programa estrictamente religioso no son suficientes para calificarlo
de católico.
Personalmente ―y siento decirlo― pienso que hace más mal que
bien. Si además exige inversiones cuantiosas que podrían solucionar problemas
de hambre y de justicia… ya dirán. Es hora de escuchar la voz del Papa
Francisco y de Monseñor Agrelo para escapar del terreno desolador de los medios
de comunicación que patrocina la Conferencia episcopal.
3 comentarios:
Conozco a sacerdotes que satisfacen sus ganas de conocer y formarse una idea de lo que acontece, que ven, escuchan, aplauden y comulgan con lo que se expone en 13TV. Todo pasa por ese rasero rancio: el tiempo que va a hacer, los furibundos análisis repletos de insultos contra Catalunya, y así siguiendo. Conozco más de un Obispo y otros sacerdotes del staff que no soportan este canal.
A los pseudo-debates asisten viejas glorias del psoe, dinosaurios de un parque temático, que hacen el caldo gordo al pp y a ciudadanos.
Me entra la risa cuando percibo que alguno de estos curas "modernos" de tejanos y zapatillas deportivas, que ensalzan los comentarios en la red del teólogo José Antonio Pagola y se los hacen propios en la homilía, y se yuxtaponen después, a cargas sin frenos, copia de lo que se ha dicho en los debates de esa televisión de mitra y solideo. Algunos feligreses al escuchar esta arengas, no saben donde dirigir su mirada por la vergüenza ajena que experimentan.
Sin duda Spain is different.
Estoy plenamente de acuerdo con las frases del artículo. Algunas suenan duras, pero todavía deberían serlo más. Es un descaro lo que se dice en algunos medios de comunicación de la Iglesia. Dividen a los católicos. Y encima con el dinero que debería ser para todos ellos.
Lo del nacionalismo se lleva en los genes y punto
Publicar un comentario